PADRE QUETGLAS

PADRE ANTONIO QUETGLAS (Q.D.D.G)

UN RECONOCIMIENTO VALEDERO

“Ay de mi si no evangelizare”; esta corta frase expresada por el Apóstol San Pablo a los Corintios encierra todo un programa de vida, no solamente para aquellos de una forma singular han consagrado su vida al servicio religioso.

Sin duda alguna visto desde otro ángulo es el programa de vida, trabajo estudio, entrega a los demás,  servicio al que todos estaríamos llamados.

Esta inspiración puede ser vivida de varias formas siempre orientadas  al mensaje de una puesta constante en acción… Así lo han entendido singularmente muchos hombres cuyos nombres guarda y nos enseña la historia humana; cuyas obras aun perduran y son el testimonio vivo de su actuación.

Para el Rev. P. Antonio Quetglas, C.M.; quien naciera el 9 de Diciembre de 1931, en el pequeño poblado de Santa Eugenia, Provincia de Mallorca, España; el primer llamado del Señor y la puesta en marcha de toda su obra la recibió el día de su Bautismo, justamente dos días después de nacido, el 11 de diciembre.La vivencia de su familia como hogar cristiano, inspira su vida e idealiza su entrega a la persona de San Vicente de Paúl, fundador de la congregación de la Misión, ingresando a los 13 años en 1944, a la escuela Apostólica de Palma de Mallorca, siendo la separación de su familia carnal incorporándose a la gran familia vicentina.

Su llegada fue en el mes de Diciembre de 1967 y fue trasladado en Noviembre de 1978 a San Pedro Sula.


EN PUERTO CORTES

Desde su llegada a Honduras, Puerto Cortes es el segundo lugar en donde el P. Antonio ha permanecido por mas tiempo, desarrollando una labor  pastoral significativa, sobre todo con la puesta en marcha de una organización pastoral  orientada en las tres grandes vertientes de la pastoral de conjunto: Evangelización, Litúrgica y Acción Social; así mismo impulsa la formación de comunidades de base, llegando a convertirse esta Parroquia en modelo pastoral.

En cuanto a su labor social, su obra queda plasmada en la construcción de Centros Comunales, comedores infantiles, Jardín de niños y varias capillas en donde los fieles acuden a escuchar la palabra de Dios, que les anime a proyectarse a las demás comunidades bajo la asesoria del P. Antonio.

Esta presencia del P. Antonio, hace la acción de la iglesia una fuente renovada y dinamizada en la búsqueda incansable de métodos que haga mas eficaz la divulgación de la Buena Nueva de Salvación.

La promoción de las campañas de evangelización para niños, jóvenes, y adultos que desplegó año con año, sin escatimar esfuerzos, tratando de ofrecer a las comunidades la respuesta que espera la Iglesia y gracias a su Don de saber descubrir en los demás los carismas y animar a las personas e integrarlas en grupos pastorales han sido los pilares de esta vasta labor a favor de los demás.


EN SAN PEDRO SULA

Desde 1978, el P. Antonio es el Párroco de la Parroquia San Pedro Apóstol o más conocida como La Catedral.

Desde que asume este nuevo servicio; el P. Antonio continua con la misma ilusión y dinamismo, siempre en la línea de la estructuración comunitaria y pastoral, dedicando sus mejores esfuerzos  a la formación de comunidades de base y la integración de grupos pastorales.

Su innata búsqueda de seglares para formarlos y animarles al servicio de la Iglesia encuentra pronto una respuesta contagiándose del espíritu del P. Antonio.

Su primera tarea que le daría el reconocimiento público, fue la organización de la Gran Campaña de Evangelización que se desarrollo en 1979 en toda la ciudad a través de 12 centros de formación bajo equipo de misioneros que sumaban unos 58.  La cobertura abarcó la Televisión, radio y prensa escrita.

Junto a esta campaña se inició lo que hoy es ya una tradición: La Campaña Infantil que culminó con la concentración  de unos 40,000 niños en el estadio Francisco Morazán y cuyo  lema fue: “LOS DERECHOS DEL NIÑO”

Como fruto de este trabajo, vino la formación de las comunidades de base, y el retorno a la luz de la hoja dominical, “EL BUEN AMIGO”; y la estructuración de la Pastoral de conjunto, renovándose la Liturgia, la Evangelización, y entrando de lleno en la promoción social mediante la atención a los mas pobres.

Con el impulso del consejo Parroquial, órgano ejecutivo formado por servidores laicos, el P. Antonio forma en la ciudad 6 comunidades de base urbana en donde se construyen capillas y centros comunales para otras actividades.

En el área rural también siente su presencia con la animación de los Delegados de la Palabra de Dios, quienes reciben una atención especial para desarrollar mejor su labor pastoral.

Prontamente, el P. Antonio logra agrupar en 19 grupos pastorales a unos 500 agentes de pastoral que logran transmitir el entusiasmo, invitan a la participación y dan la vida que la iglesia debe irradiar.


SU OPCION SOCIAL.

Después de la organización pastoral y la renovación del Culto Cristiano, el P. Antonio vuelca su energía a la obra social tratando de dar una respuesta concreta a los problemas sociales de la ciudad.

Su primer interés es el grado de mendicidad y alcoholismo en la ciudad y junto a un grupo de personas de buena voluntad, llamadas a colaborar se adquiere un predio para la construcción del Centro la Esperanza, un lugar para la rehabilitación de alcohólicos y mendigos. Hoy este centro es una Granja fuera del perímetro de la ciudad y cuenta con toda la estructura propia para este trabajo social, teniendo capacidad para 32 internos y las instalaciones para la terapia ocupacional.

La interpelación de los niños durmiendo por las calles pronto encuentra respuesta en el P. Antonio y se propone la construcción de una casa del Niño, que se hizo realidad en el año 1983  con capacidad para 100 niños en donde encuentran un hogar que les acoge y reciben todos los ciudadanos propios de su edad y viven una vida normal.

Pronto sus esfuerzos se orientaron a otra necesidad, el aluvión de jóvenes procedentes del campo para trabajar en hogares como domesticas, principalmente, son victimas pronto del ambiente liberal y quedan embarazadas sin tener a donde recurrir, así nace la Casa de Madres Solteras”, un internado pre- y post natal en donde recibían todos los cuidados  y eran enseñadas y orientadas para poder criar a su hijos y desenvolverse posteriormente. Este programa no pudo continuar funcionando debido al poco apoyo recibido.

Siempre atento a los problemas sociales de la ciudad sampedrana. El Padre Antonio descubre que ya no son solamente niños los que deambulan por las calles, sino también niñas y que pronto son victimas de la explotación y abuso sexual induciéndolas a la prostitución. Así, contando con unas instalaciones en donde funcionaba inicialmente el Centro para Alcohólicos, se dispone la infraestructura para convertirlo en  la “Casa  de la Niña”, con capacidad para  albergar a 30 niñas de edades entre 4 a 9 años, al inicio de este programa recibió el apoyo del Comité Auxiliar de Damas Rotarias.

El campo de la salud, también es atendido con la puesta en funcionamiento de una clínica médica contando con la colaboración de médicos,  que voluntariamente ofrecen un tiempo para dar consulta  aproximadamente a  unas 7,000 personas al año.

Su labor en la salud continua y gracias al club Rotario instala la Clínica Dental, que diariamente atiende a muchos pacientes y desarrolla una labor con las escuelas trayendo a los niños para cuidados  odontológicos contando también con el apoyo de los miembros de la Asociación Dental del Norte.

Su atención también se centra en los mendigos, nuevamente y pone a funcionar un comedor publico, en donde por misericordia, siempre tendrían  un plato de comida, repartiendo en un mes hasta 10,000 platos de comida. Este proyecto no pudo continuar por los problemas de orden y disciplina que presentaban los beneficiarios al momento de recibir la comida y afectaban a los vecinos y estudiantes de los centros educativos que funcionan cerca de este local.

Su labor social, continúa perfilándose en bien de la ciudadanía, apoyando otros programas en los barrios, como el Bo. Barandillas que ve la luz de un Jardín y comedor infantil que cada año reciben unos 40 niños para el ciclo escolar; en la Iglesia de Cristo Salvador.

Las comunidades de Gracias a Dios comienzan a ofrecer atención a sus niños con el comedor infantil y jardín de niños.

Los jóvenes pareciera le hacen  otro llamado al P. Antonio y encuentran respuesta  para capacitarse y poder desenvolverse en la vida, muchos de ellos con responsabilidades a temprana edad. La Escuela Artesanal es el siguiente proyecto del P. Antonio la cual se construye en la comunidad de Juan Lindo contando con un edificio adecuado y la maquinaria precisa para el entrenamiento de jóvenes en artes, costura, carpintería, electricidad, fontanería y otros.

El llamado del año Internacional de los Sin Techo, es escuchado y pronto el P. Antonio Quetglas, empieza su labor de proveer unas viviendas dignas a personas necesitadas de un techo.

Hoy la colonia San Vicente de Paúl es una realidad contando con unas 120 casas, en donde viven igual número de familias y cuyo desarrollo social se ve altamente superado.

En este proyecto también ya se cuenta con el jardín de niños y comedor infantil igualmente se organizan otros programas de promoción social.

En su incansable labor social, pareciera que nadie debía quedar sin una atención, por eso el siguiente proyecto es la atención a los ancianos, localizado a 7kms. De la ciudad, hoy es una respuesta: Los Módulos de Ancianos; un lugar propio para ellos, con una propia individualidad, con su propio cuarto en donde pueden sentir que es su casa y en donde además reciben atención integral.

40 ancianos, inclusive matrimonios de la tercera edad, viven y verán el rostro de Dios en un lugar digno. Ante La demanda de este servicio, ya se proyecta la construcción de más módulos para albergar a más de nuestros ancianos.